Escribe Miguel Rincón, guitarrista y tiorbista en la Gira "Con Alma de Viaje - América 2010"
Me gustaría esbozar unas líneas ahora que ha pasado la tormenta. Y no supone este término una idea peyorativa, sino que connota la agitación personal que viajes de este tipo pueden y deben producir en mentes abiertas. Viajes que despiertan las galerías que conforman nuestro yo, de las cuales muchas, por desgracia, están dormidas. De ahí el comienzo de este escrito.
Como bien ha descrito mi amigo javier, persona generosa a la que recientemente conocí y estimo (Sólo hay que escrutar levemente por encima esta web para darnos cuenta de cómo disfruta haciendo y compartiendo la música, como un legado cultural de y para todos), hemos asistido a una vorágine sensorial que sin duda nos ha cambiado a cada una de las "piezas que conforman el mosaico del conjunto Sphera Antiqua" (Va por ti Javier).
El contacto, no sólo con la incontestable exuberancia de la naturaleza que se abrió a nuestro alrededor, sino con el roce humano, lo criollo y vernáculo de aquellas tierras, sus gentes, los olores, mis compañeros, ha transformado algo en mi interior, y creo no equivocarme al aludir a una experiencia metafísica, o dicho llanamente, a una evolución personal.
Es tiempo de reflexionar y ver cómo reverdecen esos pastos yermos secados por la herencia cultural y las modas. Es tiempo de recoger los frutos que Javier y Pablo plantaron, contando, para nuestro deleite y desarrollo humano, con nuestra ayuda. Con una sonrisa en los labios, escribiendo bajo la tranquila siesta sevillana, me doy cuenta, ahora y sólo ahora, de esa parte del título del programa, y me quedo con eso: Con Alma de Viaje